De los payasos...

Por Rodrigo Juárez Ortiz


Desde siempre han existido personas que hacen reír a los demás, merced a sus palabras o a sus actos, tendentes a lograr, entre quienes los ven o escuchan, desde una leve sonrisa hasta una hilarante carcajada, hay incluso tragedias como la de Garrick, actor de la Inglaterra.

Sin embargo hay quienes se dedican específicamente a ello, se trata de un personaje bufo quien normalmente realiza sus actuaciones en los espectáculos circenses, también se le da esta connotación a aquellas personas poco serias en su comportamiento, el caso es que queda claro que desde tiempo inmemorial han existido este tipo de personajes como aquellos bufones quienes vivían en los palacios y cuyas funciones eran hacer reír a los reyes y a los miembros de sus cortes.

Es el caso que la dinámica de la vida moderna ha hecho salir de estos sitios (las cortes y los circos) a los bufones y a los payasos y ahora se dedican a prestar sus servicios en las fiestas infantiles en donde se pretende sean la parte chusca para divertir a los niños y a los concurrentes a dichas fiestas, solo que se han vulgarizado tanto que sus diálogos o monólogos son hechos con puros albures y frases con doble sentido que solo la vulgaridad de algunos adultos entiende, no así los niños, pero también han invadido la vía pública y en los altos de los semáforos, hacen malabares, vestidos con sus trajes estrafalarios para llamar la atención y solicitar monedas de los automovilistas o bien tener preparada una rutina para desarrollar en las plazas públicas a cambio de unas monedas del público asistente.

El introito de esta colaboración viene a colación por que, una vez mas, los gringos han desatado una psicosis colectiva allá en su país en tanto que basados en el tema de una película llamada “Eso” y en cuya trama aparece un payaso diabólico, estos decadentes están iniciando la moda de los payasos terroríficos, asustando a la gente en las calles, moda la cual se ve acentuada con motivo de la celebración de su costumbre del llamado Halloween, la cual habla de espantos, y personajes diabólicos y terroríficos y que los copiones malinchistas han adoptado en concomitancia con nuestras celebraciones del Día de Muertos, de los Santos Difuntos que no tienen nada que ver con la gringada impuesta en México por los comerciantes y adoptada por los malinchistas mexicanos y tanto es así que en algunos almacenes nacionales las máscaras de payasos satánicos ya se agotaron y los almacenes están esperando la llegada de su segundo pedido.

Y si bien la moda de asustar en las calles a los transeúntes ya se copió aquí, el quid del asunto está en que por ejemplo en Querétaro ya detuvieron a cinco personas por andar asustando a los demás, y lo peor del asunto está en que en México, por medio de las redes sociales, como reacción, se han lanzado convocatorias para defenderse y atacar a esos personajes, invitando a portar todo tipo de objetos para agredir a los payasos e invitando a llevar cámaras y celulares para grabar esas acciones de defensa.

Sin embargo, una de las consecuencias de ello es que las personas que se dedican a realizar, como trabajo para ganarse la vida, el ejercer como payasos, ya no tienen ni la tranquilidad ni la seguridad con las que realizaban su labor de entretenimiento por temor, fundado, de que grupos de imbéciles pochos, imita monos de los gringos, anden por nuestras calles asustando a personas de todo tipo y jaez, y, sobre todo, que ya se esté invitando a la gente a lanzar todo tipo de objetos en contra de estos débiles mentales, corriéndose el evidente riesgo de lastimar, lesionar e incluso podría privarse de la vida a los verdaderos payasos que andan en la vía pública ganándose el pan para sí y su familia. No es correcto. No es sano. No se vale.

Ya basta de seguir imitando las cosas pueriles, frívolas y decadentes de los gringos, en todo caso si de imitar se trata, entonces habría que copiarles lo bueno que de alguna manera deben de tener, pero no sus acciones ociosas y vacuas, propias de sociedades en plena decadencia.

En México tenemos tela de donde cortar por cuanto hace a tradiciones autóctonas y muy propia de las diferentes culturas que poblaron y pueblan a nuestro país, sus artesanías, únicas en el mundo, con características propias y anteriores a la conquista, su gastronomía, sus obras magníficas de pirámides y templos precuahtémicos y un sinfín de usos y costumbres muy nuestras, sin necesidad de copiar a nadie las suyas. No hay necesidad. Y hacerlo no es globalización, es pochismo. O usted, mexicano lector, ¿qué opina?