Del Centenario...

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Por Rodrigo Juárez Ortiz


El domingo retropróximo, 5 de Febrero, con bombo y platillo, en la esfera oficial de nuestro país se celebró el Centenario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

La población civil ni se enteró, salvo que el lunes 6 era un día de asueto, por esa absurda disposición de los llamados fines de semana largos, creados para evitar ( ¿?) los llamados “puentes”, aun a costa de perder las fechas exactas de nuestras efemérides, consiguiéndose, finalmente, dicha pérdida y otro día mas para su “celebración”.

Nadie, en su sano juicio, podría negar la significación de un documento jurídico – político como es nuestra Constitución, documento que se formuló por el Congreso Constituyente de 1916, a iniciativa de Venustiano Carranza Primer Jefe del Ejército Constitucionalista que luchó en contra del asesino de Madero y Pino Suárez y usurpador del poder Victoriano Huerta (auspiciado por el siniestro embajador de los EUA en nuestro país, Henry Lane Wilson).

Una vez conseguido el triunfo en contra del chacal Huerta, con el concurso de las tropas de las tres divisiones creadas al respecto, la del Norte al mando de Francisco Villa; la del Noroeste al mando de Álvaro Obregón y la del Noreste bajo el mando de Pablo González, y con la participación, también efectiva en el Sur, con Emiliano Zapata, se convocó a una Convención con los jefes de las facciones beligerantes en Aguascalientes de la cual salió electo Eulalio Gutiérrez como presidente del país.

Carranza, consciente de haber sido el iniciador de esta etapa de la Revolución, convocó a un Congreso Constituyente para reformar la Constitución de 1857, reuniéndose éste en la ciudad de Querétaro, centro del país, en donde después de largas y airadas participaciones de los diputados constituyentes de dos diferentes corrientes ideológicas, las izquierdas exaltadas( Obregón) y las derechas moderadas( Carranza) y los independientes, en donde se expusieron temas de profundo contenido social y controvertidos por aquellos cuya ideología estaba imbuida por una postura conservadora y, en su caso, clerical, la cual seguía luchando por recuperar los privilegios que se les habían quitado en las Leyes de Reforma con el egregio Juárez y su pléyade de patriotas, liberales y republicanos, así como la participación de algunos cuyas posturas no eran tan extremas, se logró elevar a rango constitucional una serie de garantías y derechos llamados sociales, que fueron pioneros en su tiempo, plasmados en los artículos 3º., 27 y 123 de la Constitución promulgada el 5 de Febrero de ese año de 1917 y cuya entrada en vigor fue el 1º. de Mayo, día en que Carranza tomó posesión como presidente.

Sin embargo, dicho documento constitucional, a pesar de tratarse de una Constitución “rígida”, por los requisitos para sus reformas y adiciones, desde entonces ha tenido reformas699 veces, a 114 artículos (tiene 136) pero además, sigue vigente en tanto que no existe una propuesta formal que convoque a su reemplazo por una nueva.En la academia se sostiene que las Constituciones nacen generalmente de una revolución ( como la nuestra) o de un golpe de estado, y en la especie no existen tales condiciones, sin embargo cabría preguntar si la situación actual que vivimos exige cambios radicales en nuestra Carta Magna en aras de una consecución de una mejor calidad de vida y de las instituciones, merced a su normatividad. Así mismo la crítica académica sostiene que a pesar de que nuestro texto constitucional actualmente “registra abusos, deformaciones, hiperreformismo, reglamentarismo y contradicciones,” mantiene útil su ciclo de vida. Es decir, nuestra Constitución sigue siendo la guía jurídico – política de nuestra vida como nación democrática de derecho, ya que contiene incólumes algunas de sus bases que la catalogaron como pionera de los derechos sociales en el S.XX, a pesar de todos estos cambios que sirven al poder Ejecutivo para desarrollar sus planes sexenales de gobierno y que ahora está sujeta, visiblemente, a la partidocracia, y a los grupos de poder y/o de presión en turno.

Curiosamente se ha mencionado en la academia que de los 22 artículos que permanecen sin tocar, el Art. 80 referido al presidente de la República se mantiene idéntico al correlativo de la Constitución de 1824; asimismo el Legislativo ha sido modificado en 202 casos y el poder Judicial en 101, mientras que en el Ejecutivo solo 52veces salvo el 80 comentado.

Entonces a pesar de la desfiguración que ha sufrido nuestra Constitución, pero al mantener vigentes postulados fundamentales, insistimos en que hay que ir recuperando lo perdido y reencausarla, con la obligación ciudadana de cumplirla para abatir la siniestra corrupción y su concomitante impunidad. O usted, impoluto lector, ¿qué opina?



El contenido plasmado en este blog es producto de la reflexión de su autor, de sus colaboradores y de los pensadores que en él se citan. Cualquier semejanza con la realidad o alguna ficcón literaria, televisiva, psicótica paranoide o de cualquier otra índole es mera coincidencia

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